Del 19 al 23 de marzo hicimos un viaje a Dublín con la clase de inglés. Fuimos un total de 16 personas.
El primer día lo pasamos viajando, primero a Barcelona, después cogimos el avión a Dublín y por último un autobús hasta el centro de Dublín que era donde teníamos los apartamentos. Como éramos tantos, tuvimos que reservar tres apartamentos separados, pero estaban muy cerca unos de los otros.
Una vez instalados, aprovechamos para ir al pub más conocido de Dublín, “The Temple bar”. Allí pudimos bebernos una Guinness acompañada de música en directo.
El segundo día empezamos la mañana con un tour guiado por el centro de Dublín, así pudimos conocer un poco la historia de esta ciudad. Después de tres horas de tour aprovechamos para visitar algunos de los sitios más emblemáticos como “the Old Library”, “Guinness Storehouse”…
El tercer día había que madrugar más, ya que habíamos contratado una excursión de 12 horas a Irlanda del Norte. Fuimos haciendo paradas por el camino para visitar la Calzada del Gigante, un lugar impresionante con miles de columnas de basalto en forma de peldaños hexagonales adentradas en el océano atlántico, las ruinas del castillo de Dunluce, las increíbles vistas del puente colgante “Carrick-a-Rede”, “Dark Hedges”, una avenida de hayas donde se grabaron escenas de la serie Juego de Tronos, y por último Belfast, la capital de Irlanda del Norte.
Toda esta excursión la hicimos acompañados de una extraordinaria guía que además de explicarnos la historia de los lugares que visitábamos, nos cantó alguna que otra canción típica de los pubs irlandeses.
El cuarto día nos dividimos en grupos y cada uno pudo hacer aquello que más le interesaba. Algunos hicimos una pequeña excursión a un conjunto monasterial y a unos lagos muy cerca de Dublín, otros visitamos el parque Fénix donde hay ciervos en libertad, otros la catedral de San Patricio, e incluso hubo alguno que dimos un paseo por la parte mas nueva de Dublín.
Y por último el quinto día lo pasamos viajando de vuelta a casa con ganas de habernos quedado unos días más. Nos hizo muy buen tiempo durante el viaje, aunque el paraguas lo tuvimos que sacar algún rato que otro.
El viaje fue muy intenso ya que, en menos de 5 días, queríamos visitar todo lo que nos diera tiempo, pero mereció la pena, ya que además de conocer la cultura de otro país pudimos poner en práctica nuestro inglés, cuando nos dejaban claro, porque eso que dicen de que los españoles estamos en todas partes es cierto … creo que no hubo ningún bar donde no nos atendieran en español.